lunes, 29 de septiembre de 2008

Collage II


Me gustó lo del Photoshop y..., "se va la segunda"

Collage I


Hasta que me animé con el Photoshop... eso es surrealismo!!

Un tramo en el silencio

Hoy, por fin logré convencerme para dar inicio a esta menudísima obligación a que nos enfrenta el "Seminario de las Estéticas II" del Instituto Escuela Nacional de Bellas Artes, asimilado a Facultad... crear el propio Blog... y peor aun, PONERLE CONTENIDOS (esto sin entrar en cuestionamientos cuanti-cualitativos).
¡¡¡Se intentará !!!... ??????
Empiezo por escribir... al parecer de palabras se trata, de palabras, de imágenes, de comunicación...
Entonces surge el deseo de compartir la palabra... esa palabra que se mueve, se esconde, se hibrida, se recrea… jugándose al encuentro de quien quiera tomarla y dibujarla.
Así (…) “sobre insomnios de tiempo en relojes desteñidos / hasta la hoja en blanco que gruñe en su mano.”, cabalga el escritor con su solitario oficio y, es desde la construcción de este oficio que traigo algunos poemas de mi libro "Manos baldías", publicado en junio de 2002 por Ediciones La Gotera.

Aquí van…
Como perros persiguiendo sus colas
giramos en círculos
sin alcanzarnos.

Puños

Aferrados a este jardín terrenal
absurdos
obligamos a los ojos a ser miopía
y les compramos cristales de espejismo
para ahuyentarnos la soledad sin cómplices

las lágrimas recobran su sentido amordazando pañuelos
cuando las palabras no quieren y disueltas en saliva
como un garabato inconcluso se estiran en un trago áspero
desde su sed de amparo
hasta la intemperie de un fondo de botella

a paso muslado por el ritual de cenizas de cada muerte
cosemos los retazos de nuestras telas.

Desafío

Cuando los labios cavernados por el desaliento
se abran a impulsos volcánicos;
el gesto de animal doméstico
desafíe al tigre engarzado a la mirada;
el recuerdo de una culpa
ocupe el centro de la indiferencia;

entonces
será posible emboscar las cicatrices
y aromar los maderos desvanecidos.

Me debo un puedo

Aquel sueño acurrucado en la cuna
Sigue objetando a los ángeles.
Blasfemo.
Me hermano con el viento parar despertarlo.
Será como regresar con el verano atado a los pies sin sandalias.

Le debo una palabra a los secreto.
Le debo un nudo desatado
a la mordaza de los pecados.

Iré a tomar la barriga de la noche de almohada ocasional
para viajar como caricia hasta el recinto del gesto máximo
estirar el espacio entre esta miopía y los ojos
y sumarme a los duendes.

Exploración

Es posible domesticar la negación
y aceptar la aventura
bajo un concierto de benteveos
raptar una semana de uno mismo
deslizarse en la seda de los propios secretos
volar en la fragancia del tomillo
apagar la luz frígida del fósforo
para encender la antorcha anclada en la garganta

es posible por fin
penetrar en el santuario interior
tallar reflejos simétricos al cáliz
y sobre el altar beber las pasiones una a una

no será inútil
aunque será sin garantías.

El último sótano

Morir. Dormir.
Para siempre sin sueños.

La ciudad perdona mis manchas y esta sombra.
Restaura los huesos fémures
mientras mi occipital sigue latiendo en noche.
Está bien caminar
cuando la calle te sigue con sus adoquines sueltos
sin perro ni guía
sin testamento.
Sólo prismas de piedra viva,
temblor de piernas que sacude su aroma de años
al patear el tiempo.

Crepitan los álbumes
y lloran las fotografías cenizas del pasado.

No
ya no dormir sin hurgar en el último sótano.
Soñar patas arriba
y en el humo de una taza de café
despertar.