lunes, 29 de septiembre de 2008

Me debo un puedo

Aquel sueño acurrucado en la cuna
Sigue objetando a los ángeles.
Blasfemo.
Me hermano con el viento parar despertarlo.
Será como regresar con el verano atado a los pies sin sandalias.

Le debo una palabra a los secreto.
Le debo un nudo desatado
a la mordaza de los pecados.

Iré a tomar la barriga de la noche de almohada ocasional
para viajar como caricia hasta el recinto del gesto máximo
estirar el espacio entre esta miopía y los ojos
y sumarme a los duendes.

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